La experiencia del multilingüismo vista por una madre......lingüista
Para conocer el fenómeno del bilingüismo/multilingüismo no basta preguntarse sobre los mecanismos biológicos de adquisición de lenguaje, sino que hay que interesarse también por lo que representa una lengua, por la naturaleza de sus vínculos sociales que ella crea y mantiene. B. Abdelilah-Bauer.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

"Eu tenho sim" o la reivindicación del acento

Llevamos unos meses en Portugal y ya tenemos muchas anécdotas lingüísticas muy interesantes y reveladoras. Iré contándolas poco a poco, pero unas de las últimas ha sido la reivindicación de Nicolás de su acento brasileño en portugués.

Como nos oyen hablar en español entre nosotros, pero nos dirigimos a ellos en portugués, nos preguntan casi siempre, a pesar de la discrección local. Ahí llega la parte catársica de contarles la procedencia de cada uno. Y a veces se repite la interacción como si hubera un guión: Pero no son españoles? Y por qué hablan así portugués?

Lo que iba a contar (que me voy por las ramas, lo sé, pero es que está todo tan interligado...) es que estábamos los nanos y yo y el señor con el que estábamos hablando, y que nos oía hablar entre nosotros en español, nos dijo que siendo españoles hablábamos todos muy bien portugués y yo le dije que claro, que los niños también eran brasileños y el señor dijo algo como "ah sí, pues casi no tienen acento brasileño!" (como alegrándose el hombre) y Nico saltó como un resorte "eu tenho sim".

domingo, 9 de septiembre de 2012

No me llames de chata!

Hace unos meses se producía una situación que era incomprensible para los que interactuaban, y que tiene que ver, creo, con las definiciones que barajamos de bilingüísmo y biculturalismo. Voy a ello.

Estaban Clara y su abuelo materno, español, que no habla portugués y lo entiende poco, jugando, peleándose, esa dinámica suya y Clara se enfadó con mi padre y mi padre -que bebe los vientos por ella- muy cariñoso, le dice "pero chata, no te pongas así, que estamos jugando" y la otra, hecha un basilisco, le grita enfadada "no me llames de chata".

Y mi padre no entendía nada, y Nicolás le decía "abuelo, no la insultes"  y mi padre se hacía cruces y me miraba diciendo "pero cómo la voy a insultar, si le estoy dicendo chata".

Así que me tocó explicarles que en portugués "chata" es pesada, antipática, y que "chata" en español era, en este caso, una manera cariñosa de dirigirse a alguien, como bonita, cariño.

Aún así, ninguno de los dos podía evitar ni decirlo ni extrañarlo.

Hoy se lo dijo de nuevo, por teléfono,  y Clara ya se rió, nos miró, entendiendo lo que le decía el abuelo pero aún así le dijo "que no me llames de chata abuelo!"

domingo, 2 de septiembre de 2012

Es que no me acuerdo

Los niños se han pasado prácticamente todas las vacaciones escolares sin hablar francés. Oírlo poco (muy mal por nuestra), algunas canciones, pero nada de películas ni de jugar con alguien. 

Al final de las vacaciones nos hemos reencontrado con unos amigos francófonos y Nicolás empezó a hablar con ellos en francés, a jugar, a comunicarse, sin dudarlo. Incluía palabras en portugués, eso sí, pero interactuaba en francés. 

Clara entendía lo que le decían pero respondía en portugués y se dirigía a ellos en portugués. Le dije que les respondiera en francés y me dijo "es que no me acuerdo. Pero no importa, les hablo en portugués".

Después de 4 días ya sí juega en francés, a pesar de que se dirige a ellos de forma directa en portugués. También responde en francés cuando le preguntan.

Pensando en lo que dijo de que no se acordaba, veo que tenemos la conciencia de saberlo o haberlo sabido, pero no lo encontramos en la cabeza. También que no le preocupaba, tal vez porque tenía otra lengua que le servía para comunicarse con ellos. O tal vez porque sabía que volvería a acordarse.

Como tantas otras veces fue una pena no tener una cámara para grabarlo: mirándome hacía arriba sonriendo y con los ojos de sorpresa.

Y al recordarlo y escibirlo ahora, he puesto en un párrafo que ella dijo "se me había olvidado". Me pregunto si hay diferencia entre no acordarse y olvidar. 

lunes, 13 de agosto de 2012

El curioso caso de las Segre

Vaya por delante que me encanta hablar con ellas por lo divertidas que son, por las sonrisas con las que hablan, y por las lenguas que usan.

Son 4 hermanas argentinas, que nacen, crecen y se escolarizan en Buenos Aires (el querido).

Acompañando a los padres se van (o se vienen) a Brasil durante 4 años, donde algunas estudian en la Universidad y otras la enseñaza secundaria.

Unas se quedan en Brasil y otras, acompañado a los padres, se vuelven a Argentina.

Después de 10 años 3 de ellas viven en la misma ciudad de Brasil y la otra sigue en Argentina.

Entre las 3 de Brasil se hablan en portugués. Con la hermana que vive en Bs As y con la madre hablan en español y/o portugués. A los hijos que las 3 tuvieron los hablaron siempre en portugués, así como a sus parejas. Dos de ellas trabajan con el español.

La abuela les habla a los nietos en el portugués que aprendió hace másd e 20 años años en los 4 años que vivió en Brasil, y compensa el desconocimiento en español, y los nietos le responden en portugués.

Algunos de los hijos han estudiado español como lengua...?extranjera? y son alumnos listísimos, claro, cuya autoridad lingüística no es el profesor ;-) pero fonéticamente suenan como extranjeros, según la madre.

Las 3 que viven en Brasil tienen el mismo grado de dominio de las dos lenguas, brasileñas y/o argentinas cuando hablan portugués y/o español.

Son un ejemplo viviente más de la idea de que no se cambia la lengua en la que se conoce a alguien. Las lenguas se cambian y cambian. Así como nosotros.

P.S.: que dice una de ellas que acepta preguntas, aprovechad

sábado, 11 de agosto de 2012

“Tadito”: -ito como marca del español


Cuando Nicolás tenía un mes y medio nos fuimos unos días al campo, y hacía un frío espantoso. Estaba yo con el bebé en brazos y coincidí con una niña de 7 años que cuando me vio con él me preguntó, en portugués, Quanto tempo ele tem? Le respondí, también en portugués, um mês e meio, y con sólo estas cuatro palabras (4 – cuatro!) me dijo, Você é espanhola? Yo pensaba ya que la niña era un prodigio y una fonetista en ciernes, pero me aclaró eu também hablo español, eu estudo no Colégio español de São Paulo. Así, con esas diferenciaciones (que no mezclas) tan específicas.

Le dije que qué bien que hablara español, que se notaba que estudiaba mucho y tal. Le dije después que me iba porque con el bebé porque hacía frío y me dijo sí, faz frio para ele, tadito! Y ese “tadito” le salió con el acento más castellano del mundo.


Ni que decir tiene que tadito o tadita, con sus plurales correspondientes, continua hasta hoy en nuestro vocabulario familiar más que vigente.

P.D. Esta foto que viene abajo, la cuelgo en 2014 y desde Portugal. Sólo para desdecirme el post!

lunes, 14 de mayo de 2012

El caso de Fátima

Mi amiga Fátima me ha dejado que cuente su caso. Yuhu.

Sus padres son españoles que se conocieron en España. La familia de su madre, emigrantes gallegos, padre madrileño, a cuyo bisabuelo lo destinaron a Manila, y las dos generaciones intermediarias, el bisabuelo y abuelo paterno de Fátima nacieron en Manila, y tras el desastre del 98 volvieron a España, donde nació su padre. Años más tarde emigró a Brasil encontrándose con la madre de Fàtima y su familia. Se casan y tienen hijos españoles en Brasil. Digo que tienen hijos españoles porque cuenta Fátima que en su casa se hacía todo a la manera española: se cocinaba cocido, se iba de visita a casas de otros emigrantes y se hablaba en...gallego-español-portugués.

Los hijos crecen en Río, en ambientes brasileños y españoles, y en el ámbito familiar se mezcla el uso de las tres lenguas.

Fátima habla portugués siempre, hasta los 15 años que la familia decide volver en pleno a España, donde no le queda otra que hablar español. Esta llegada y este encuentro con la España de inicio de los años 70 -que no tiene nada que ver con la España que rememoraba la familia- desde el Río de Janeiro del principio de los años 70 merece otra entrada aparte. Y merece que se escuche a Fátima contarlo, con toda la gracia que tiene.
Sigue en España durante 28 años y en ese tiempo se casa, se licencia, trabaja, y tiene una hija a la que siempre le habla en español.

Y vuelve a Brasil, trabajando en un organismo español, como española que es, al país de donde es.

Reflexionar con ella sobre el significado de ser bilingüe y bicultural es pasar por todas las preguntas y respuestas posibles de muchos casos paralelos. Dice que tanto en un lugar como en otro siempre "se le notó" que era de otro lugar, y que eso, dependiendo del interlocutor, era interpretado como positivo o negativo. Ella transita entre las dos lenguas con la tranquilidad de quien es dueña de ambas, usándolas como quiere, mezclándolas, separándolas e inventándoselas si se tercia. Dice que lo que ella tiene es una fusión de las 2 lenguas que a veces le perjudica.

Para mí es un ejemplo de saber transitar entre culturas diferentes sin juzgar una mejor que otra, a pesar de tener claro qué le gusta más de una que de otra. Y un ejemplo, citando a aquel, de que la riqueza está en la mezcla.

jueves, 22 de marzo de 2012

Tu aime le miolló?

En relación a la entrada anterior y la traducción de los elementos marcados culturalmente - yo hacía referencia a las comidas- el otro día estaba en casa para cenar un amigo del colegio de mi hijo, y Nicolás le preguntó "Camille, tu aime le miollo?" (pronunciado a la francesa, algo así como miolló)

El "miollo" en cuestión es una pasta desidratada que se cocina en 3 minutos (literalmente), y que es una alegría para los hijos y para los padres, y que es una cena comodín bastante común en Brasil, o por lo menos en la parte que yo conozco.

Y Camille, que es francés pero lleva un tiempo viviendo en Brasil y los padres también han descubierto el milagro del miollo, contesta, Oui, oui, j´aime le miolló!!!!

miércoles, 7 de marzo de 2012

Se nos acaban las pilas de la inmersión lingüística

Siempre que vamos a España de vacaciones, vemos en Clara y Nicolás el efecto de la inmersión lingüística: adecuan su acento al de sus primos, empiezan a usar sus “jergas” de pequeños, se aprenden canciones, se les escapan palabrotas, se les levantan los hombros para hablar, se me españolizan lingüísticamente, vaya.
Y cuando volvemos se les va pasando el efecto, en dos/tres meses, les vuelven las interferencias, y al quinto mes empezamos a necesitar en vena dosis de input real.
 Este año se nos vino el Carnaval encima con un efecto en el vocabulario que no nos esperábamos: Clara sólo hablaba de ponerse su “fantasia” (disfraz). Y por más que yo le decía, por lo baijini, disfraz, hija, disfraz, no lo conseguíamos, “fantasia” para ir al cole, “fantasía” para ir al gimnasio, y “fantasía” para las vacaciones.
Y claro, no es lo mismo disfraz que fantasia, por mucho que los diccionarios nos digan que sí, culturalmente no es lo mismo. Y esto me recordó que hace muchos años, haciendo una actividad, con Diego, de producción oral con brasileños aprendices de español, proponíamos que loes estudiantes dieran consejos a extranjeros que vendrían a Brasil para ver el Carnaval. Nos sorprendimos por la cantidad de interferencias que surgían, y nos dimos cuenta de que eran elementos con difícil traducción, no sólo por la particularidad de algunos conceptos, sino también por el contenido emocional y cultural.


sábado, 4 de febrero de 2012

Yo también hablo 3 lenguas

Estas vacaciones de Navidad en España, Clara se iba presentando –cuando le apetecía –  diciendo “yo hablo 3 lenguas: francés, portugués y español” ante el estupor general por la, supongo, seguridad emanada de un metro y seis centrímetros de criatura, además de lo inusual del hecho, por lo menos en nuestro círculo.

Y así iba ella presentándose lingüísticamente, en una mañana comprando en un MediaMark cuando se encontró con una cajera de esta tienda que le respondió: “qué bien, yo también hablo 3 lenguas: árabe, fancés y español”.

Ni decir tiene que nos pasamos días hablando de cómo la condición social del individuo y el estatus social de las lenguas hace que ese multilingüsimo sea visto, social e individualmente de una manera u otra.

miércoles, 18 de enero de 2012

Nacionalidad y lengua

Es este viaje, y con el trasiego de pasaportes en las varias aduanas por las que hemos pasado, han salido varios comentarios interesantes sobre la nacionalidad y el hablar la lengua de ese país.

En uno de esos momentos críticos de pararse delante del policía para enseñarle el pasaporte, Nicolás preguntaba por qué su hermana tenía que pagar un visado como brasileña y él no si él también era brasileño. Le expliqué que en su caso estaba pasando al país con pasaporte español y que como el de Clara estaba caducado (ay) no nos servía. Le dije que tenía pasaporte español porque él también era español. Diálogo -más o menos fiel a la realidad-
  • Claro, por eso hablo español, porque soy español
  • Bueno, no solo, se puede ser de un país y no hablar su lengua
  • En serio, cómo puede se eso?
  • Hijo, eso es una tesis
  • Qué es una tesis?
  • ...